16 frases de Nelson Mandela que tienes que leer
¿Sabes ese amigo que, cuando todos deciden seguir el camino fácil, elige la ruta montañosa y escarpada porque cree que ahí está el verdadero tesoro? Ese fue Mandela, o "Madiba", como cariñosamente se le conocía en su tierra natal.
Tabla de contenidos:
Frases de Nelson Mandela
- La gente tiene que aprender a odiar, y si ellos pueden aprender a odiar, también se les puede enseñar a amar, el amor llega más naturalmente al corazón humano que su contrario.
- Todos pueden superar sus circunstancias y alcanzar el éxito si tienen dedicación y pasión por lo que hacen.
- Nunca he considerado a ningún hombre superior a mí, ni dentro, ni fuera de la cárcel.
- La educación es el arma más poderosa para cambiar el mundo.
- Nadie nace odiando a otra persona por el color de su piel, o su origen, o su religión.
- El hombre valiente no es el que no siente miedo, sino aquel que conquista ese miedo.
- Mi ideal más querido es el de una sociedad libre y democrática en la que todos podamos vivir en armonía y con iguales posibilidades.
- No puede haber una revelación más intensa del alma de una sociedad que la forma en la que trata a sus niños.
- Yo no tenía una creencia específica, excepto que nuestra causa era justa, era muy fuerte y que estaba ganando cada vez más y más apoyo.
- Los pueblos alzados en armas jamás alcanzarán la prosperidad.
- Los verdaderos líderes deben estar dispuestos a sacrificarlo todo por la libertad de su pueblo.
- Erradicar la pobreza no es un acto de caridad, es un acto de justicia.
- El deporte tiene el poder de transformar el mundo. Tiene el poder de inspirar, de unir a la gente como pocas otras cosas… Tiene más capacidad que los gobiernos de derribar barreras raciales.
- Me gustan los amigos que tienen pensamientos independientes, porque suelen hacerte ver los problemas desde todos los ángulos.
- Sólo los hombres libres pueden negociar; los presos no pueden firmar contratos. Su libertad y la mía no pueden separarse.
- La muerte es algo inevitable. Cuando un hombre ha hecho lo que él considera como su deber para con su pueblo y su país, puede descansar en paz. Creo que he hecho ese esfuerzo y que, por lo tanto, dormiré por toda la eternidad.
Nelson Mandela: El amigo rebelde que cambió el mundo
Mandela nació en 1918 en un pequeño pueblo en Sudáfrica. Siendo joven, ya mostraba rasgos de líder y rebelde. Y no me refiero a ese tipo de rebeldía de adolescencia, sino a una profunda necesidad de luchar contra las injusticias. Quizás, si hubiera nacido en otra época o lugar, Mandela habría sido ese compañero que siempre te reta a pensar más allá, a cuestionar el status quo.
En un Sudáfrica dominado por el apartheid, un sistema que segregaba y oprimía a la mayoría negra, Mandela no iba a quedarse de brazos cruzados. Después de todo, ¿quién podría mantener la calma cuando ve que su gente es tratada como ciudadanos de segunda? En sus años jóvenes, Mandela optó por la resistencia pacífica, inspirado por figuras como Gandhi. Pero, al ver la brutalidad del gobierno, entendió que a veces es necesario levantar el puño.
Se unió al Congreso Nacional Africano (ANC) y lideró actos de resistencia y desobediencia civil. Pero claro, al sistema no le gustó nada eso, así que Mandela y varios de sus compis terminaron tras las rejas. ¡28 años en prisión! Durante esos años, mientras muchos de nosotros nos quejaríamos por no tener señal de Wi-Fi, él meditaba sobre el futuro de su país y mantenía la esperanza. Su mente estaba más libre que nunca.
Algo asombroso de Mandela es que, a pesar de todo lo que sufrió, siempre creyó en la reconciliación. Imagina estar enjaulado por casi tres décadas, y al salir, en lugar de buscar venganza, buscas paz y unidad. ¡Boom! Esa es la magia de Madiba.
Una vez libre, no se tomó un "break" ni fue a relajarse a la playa. Mandela se puso las pilas para convertirse en el primer presidente negro de Sudáfrica. Y aquí, otra lección de este grande: podría haberse centrado en el pasado, en los agravios. Pero no, él miró al futuro, buscando cómo crear una nación unida en la diversidad.
Mandela nos dejó muchos pensamientos para reflexionar. Creía que el verdadero valor de un individuo se ve cuando enfrenta la adversidad. Nos enseñó que el odio se aprende, y que si se puede enseñar a odiar, también se puede enseñar a amar. Habló sobre la importancia de la educación como herramienta más poderosa para cambiar el mundo.
Nelson Mandela fue ese amigo rebelde, ese compañero inquebrantable que, a pesar de los golpes de la vida, siempre sonreía y buscaba cómo hacer de este mundo un lugar mejor. Nos mostró que siempre hay esperanza, y que, con valentía y amor, se pueden mover montañas. Así que la próxima vez que sientas que el mundo es demasiado complicado o injusto, recuerda a Madiba, y piensa en qué puedes hacer tú para cambiarlo. ¡Vamos, que se puede!